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Escritos breves, de James Joyce

 

Para conmemorar el día de San Patricio, publicamos ayer en Hermano Cerdo la crítica del libro en edición bilingüe de James Joyce Escritos Breves (Escalera, 2012) y que incluye los textos «Epiphanies», el ensayo «A portrait of the artist» (germen de Stephen Hero) y el único texto que Joyce ambientó afuera de Dublín, en Trieste, llamado «Giacomo Joyce».

La traducción y el interesante estudio preliminar que completa el volumen corren a cargo de Mario Domínguez Parra.

El texto lleva por título «Joyce en corto» y se puede leer íntegro aquí.

Confío en que sea de su agrado.

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Buscando a James Joyce (en mi pasillo)

Según les prometimos el día 16 de Junio,

y como homenaje a nuestro querido James Joyce, aquí tienen el vídeo:

«Buscando a James Joyce (en mi pasillo)«

Como siempre, confiamos en que sea de su agrado.

+ info: Aquí.

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Happy Bloom/Blúm/sday

Como todos Vs. ya sabrán,

hoy se cumple el 56 aniversario de la celebración del primer Bloomsday, y el 106 aniversario del día real en el que está enmarcada la odisea de Leopold Bloom, el héroe joyceano del Ulysses.

Muchos de Vds. recordarán también la iniciativa virtual del año pasado [Bloomsday 2009]  de Javier Avilés [Portnoy] –aquí– y que sirvió para rememorar la figura del viejo irlandés.

Harold & Blúm, conscientes de nuestra deuda con el gran genio de las letras inglesas, y ya despues de haber pagado tributo tanto en la convocatoria virtual del año pasado, así como habiendo bebido muy muy cerca de la antigua librería  Shakespeare and Company de Sylvia Beach (la de la calle de l´Odeon, no la así conocida como «Le Mistral» y rebautizada con el nombre de Shakespeare & Co.), en honor a la no menos heróica editora del Ulysses, este año hemos decidido homenajear al libro itself.

Nuestro proyecto lleva por titulo «Buscando a James Joyce (en mi pasillo)».

En su primera fase consta de una secuencia de 7 fotografías ques vendrán acompañadas de una postal única (en edición limitada y numerada de 35) que estamos preparando para un proyecto de Revista Objeto que, en nada, ya les confirmamos.

También -y en breve- sacaremos una pieza de videoarte sobre el particular y sobre cuyo estreno (que esperamos sea en pantalla grande, ya me entienden), por supuesto, serán debidamente informados.

De momento pueden ir abriendo boca con la fotografía que cierra la serie:

Y el proyecto, al completo, en tumblr, pueden chequearlo aquí.

+ Sobre Bloomsday:

Si lo suyo va de pubs,

pueden celebrarlo en el pub Bloomsday Irish Bar en Barcelona –aquí-, si están en USA, vayan al Ulysses de Nueva York –aquí–  y si sucede que andan por Londres, el London Irish Theatre les irá requetebién-aquí-.

– El programa oficial del The James Joyce Centreaquí

La orden del Finnegansaquí

-La crítica de Dublinesca, la novela joyceana de Enrique Vila-Matas, en la columna nº 17 de «Escritor en Allak», titulada El talento Funeral (26-03-2010) –aquí-.

Clipping de prensa, blogs & tv:

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Periódicos españoles:

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1. [Un guateque de cerveza & literatura // El País – aquí]

Eduardo Lago sobre Bloomday & la presencia en Dublín de la Orden del Finnegans

2. [Bloomsday, la feria de las letras también en Sevilla. Jesús Benabat – SevillaActualidad.com –aquí-]

Juan Antonio Maesso coordina en Sevilla la celebración del Bloomday con mesa redondda y lectura del Ulysses.

3. [Un Bloomsday a la española. Paula Corroto -Diario Público –aquí-]

-Sobre la deuda de los escritores españoles con Joyce y el libro La Orden del Finnegans (Ediciones Alfabia)

4. [Tom Cruise en el Bloomsday – LaVozDigital.es –aquí-]

Juan José Tellez aprovecha que el Pisuerga pasa por Valladolid para imaginar la improbable búsqueda de Molly Bloom por Gibraltar, Algeciras o Cabo san Roque (y de paso lamenta que no se celebre el Bloomsday en Cádiz y en Sevilla sí)

Recuerden pues aquellas palabras de Scott Fitzgerald: “Molly Bloom grew up in Gibraltar!’

5. [Bloomsday Marbella – Marbellamarbella.es- aquí-]

-En El Bodegón Café de Marbella los improbables expatriados (y el público en general) tendrán la ocasión de visionar el corto documental “A Stroll through Ulysses” escrito y dirigido por el director de cine irlandés Noel Duffy, y basado en las localizaciones reales del Ulysses, (re)visitadas 100 años después (el corto se rodó en 2004).

*Y por si no se deciden, amigos marbellíes, sepan que se servirá a los asistentes una copa de vino -o dos- y una tapa (gratis).

-Aquí pueden ver el anuncio en vídeo (un tanto bizarro) de la convocatoria del evento.

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Blogs:

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6. La vuelta al mundoaquí

Juan Francico Ferré nos invita a leer el Ulysses con «desmitificación y fetichismo», en un «contacto igualitario y pasional» y, para ello, ofrece sus particulares claves de lectura de ese libro «quizá demasiado humano».

7. El lamento de Portnoyaquí

Javier Avilés celebra el 16 de junio al grito de How grand we are this morning!, frase que cierra el capítulo sexto del Ulysses.

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Internacional:

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8. [Bloomsday 2010 – The Huffington Post –aquí-]

-Recorrido fotográfico de las celebraciones joyceanas por todo el mundo.

9. [A Gotham Bloomsday – Paper Cuts/The New York Times –aquí-]

-El escritor Robert Sullivan explica el sentido de las celebraciones americanas del Ulysses en Philadelphia (donde se encuentra el manuscrito joyceano), Nueva York (hay un cameo en el libro) y Buffalo (donde está el notebook del propio Joyce).

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Tv:

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10. [Bloomsday en Dublin – RTVE -aquí-]

-El programa de literatura y libros Página 2 hace un breve recorrido por las representaciones dublinescas de las escenas cotidianas que se narran en la novela.

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That´s all folks!
Enjoy your Bloomsday.

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Escritor en Allak – James Joyce que estás en los cielos

Habla Zadie Smith en su ensayo “That crafty feeling” [1] sobre algo que ella llama magical thinking. Según la idea de Smith, un escritor, llegado a la mitad de la escritura de su novela, se enfrenta a una suerte de estado mental caracterizado fundamentalmente por el colapso del tiempo. Entonces, todo lo que existe en el mundo, absolutamente todo, está relacionado con su novela.

Dice Zadie Smith que sucede que si este escritor coge un libro de poesía de la estantería y lee la primera línea de un poema (la primera que le venga a tiro), se acabará dando cuenta este escritor -que está en su momento de magical thinking- de que este verso azarosamente encontrado le servirá de epígrafe, y que era justamente el epígrafe que el escritor necesitaba, y todavía más, que ese verso hubo de ser escrito por el poeta con la única intención de facilitarle el trabajo a este escritor que lo ha hallado.

Pues bien, estaba yo hojeando un libro de Paul Eluard llamado El amor y la poesía (Visor, Madrid. 1997) y, de pronto, frente a mis ojos se iluminó un neón al tiempo que leía este verso: “Todo lo que se repite es incomprensible” [2].

Verán, sucede que esta semana estaba (re)leyendo a Joyce, concretamente el libro A portrait of the artist as a young man y, al mismo tiempo, estaba yo escribiendo un ensayo sobre Joyce.

La consecuencia es que no paraba yo de hablar de Joyce con Ángela. Y no fue hasta que encontré ese verso: “Todo lo que se repite es incomprensible” que descubrí, sí, completamente, el misterio de James Joyce.

El caso es que la clave del estilo modernista de James Joyce, y que algunos encuentran incomprensible, farragoso y denso, es justamente eso: su incomprensibilidad.

La repetición poética de Joyce persigue el efecto de nublar el juicio, porque no apela, de ningún modo, a la intelección, sino que ataca directo al sentimiento. Porque a Joyce no se le ha de entender a través de la matemática lingüística, sino a través de las improbables concordancias sinestésicas, de la broma lírica; pero, sobre todo, de los fatales juegos de ingenio, que tantas veces pecan de solipsistas, aceptémoslo. Y, en consecuencia, la frustración del lector proviene de ser incapaz de convertirse en la mente del mismo Joyce, cuyas asociaciones se fundamentan en lo sensorial.

Por ello, es Joyce, de una forma oblicua, religioso. Y no porque hable de religión, aunque también, sino porque el sistema estético que comenzó a desarrollar en sus años parisinos, a partir de 1902,  fructificó en un mantra que ya puede verse en A portrait of the artist….

Una compleja nueva teoría de los afectos que, al modo de los barrocos, invoca un nuevo discurso melódico alejado de lo racional y apegado al humanismo. Una estética recitativa, homófona, a pesar de (o justamente por) sus altisonantes divergencias que explotan en una somnolencia propia del discurso sagrado.

Así que, después de haber averiguado la secreta síntesis de la prosa de Joyce y haberme avenido a la revelación del magical thinking, he estado jugando con las páginas conmemorativas de los 20 años de la colección de poesía de la editorial Tusquets, sus Nuevos Textos Sagrados.

Y el neón, para mi sorpresa, nuevamente ha hecho su trabajo.

En esta ocasión ha sido Alfonso Costafreda, quien escribía para mí lo siguiente: “Solitario recorres ciudades extranjeras / y en voz baja murmuras sonidos de disparidad” [3].

El caso es que en mis sueños de esta semana se ha presentado Joyce, no alguien que es como Joyce o se le parece o alguien que dice ser Joyce, no, no, no: Joyce mismo, desde el cielo, se ha presentado en mi sueño conjurando para mi gozo aquello de “Welcome, O life!” [4].

James Joyce, el escritor genial de Dublín, ha sido quien me ha dictado el título de esta columna: “James Joyce, que estás en los cielos”.

Cuando me desperté ayer (el jueves por la mañana) y se lo conté a Ángela (que Joyce mismo me había dicho que tenía que titular “Escritor en Allak” con el título “James Joyce, que estás en los cielos”), ella me miró raro. Y no se lo reprocho.

Porque la verdad, hasta aquel momento (el jueves, ayer) yo tenía pensado hablar de otra cosa, y verán cuando les cuente lo siguiente lo claro que se les volverá todo (o el tembleque que les entrará en el cuerpo).

A comienzos de semana estuve leyendo Amigos que no he vuelto a ver, de Ignacio Vidal-Folch (Anagrama, Bcn. 1997). Me gusta leerle en el Babelia, pero nunca había cogido uno de sus libros. Y saqué este de la biblioteca, por pura curiosidad. Leí las primeras hojas en las también primeras horas de esta semana, con avidez y ligereza, pero pronto me reclamó la atención mi semana joyceana, de trabajo y (re)lectura, así que hube de dejar a Vidal-Folch con el consuelo de las dos pilas de libros que aguardan en una mesilla, y que tengo a la izquierda de mi mesa de trabajo, mesilla utilizada justamente con el propósito de que no se sienten en lástima los libros en standby, pues de esta forma, quedan reunidos en un gran grupo no ya de abandonados en desprecio, sino de reservas en espera de su turno.

El caso es que Joyce, que está en todo, supongo que hubo de darse cuenta de este detalle (ahora que escribo esto desde el futuro del viernes sé lo que no sabía el jueves). Además, estando en el cielo, igual que Dios (me refiero a James Joyce), lo controla todo, hasta mis pensamientos, reflexiono ahora en silencio. Y, cómo no, añado para mí mismo, Joyce está enterado de todas las cosas cotidianas que me suceden.

Pues bien, el miércoles a la tarde (como bien sabía Joyce) estábamos Ángela y yo en el Lletraferit, justamente hablando de él, de Joyce, aunque un poquito también de Virginia Woolf, y luego, velozmente, otra vez sobre Joyce.

A nuestro lado había un grupo de tres personas que, sospecho, nos escuchaban (y ello a pesar de que parecían estar tramando algo, algo tal vez literario, recuerdo que pensé). Eran tres hombres.

De edad indeterminada, sobre los cuarenta años.

Bien, en un momento, harto ya de hablar de Joyce (y a eso de las seis de la tarde), me levanté para ir al lavabo, pagar e irnos.

No sé cuánto hube de demorarme, unos minutos, pocos; supongo.

Al volver a buscar a Ángela a los sillones de cuero de la entrada, percibí la inexistencia del grupo de tres hombres que, hasta el momento en el que yo me hube de levantar, estuvo sentado a nuestro lado.

Ninguno de los tres había allí, en esos tres sillones arrugados y todavía cálidos.

Comencé a ponerme la americana, a recoger los libros (entre ellos, cómo no, A portrait of the artist…), la cartera, y me dispuse a colgarme en el cuello la bufanda.

Entonces Ángela, mediosonriendo, medioconspirando, se rió.

Me miró fijamente.

Dijo: «¿sabes quién estaba sentado ahí, a nuestro lado, en ese grupo de tres?».

Respondí que no, que no sabía.

Dijo, no sin misterio: “Creo que se estaba fraguando algo, una colaboración literaria, algo así”.

Me quedé en silencio. Yo había pensado lo mismo.

Entonces, con una menesterosa sonrisa cómplice, lo soltó;

dijo: “Ignacio Vidal-Folch”.

Y añadió: «¿Y sabes qué? Me ha saludado, al marcharse».

Pero cómo, pense y dije, «¿acaso lo conoces?».

La negativa de Ángela me dejó estupefacto.

“¿Entonces…?”-inquirí.

Ángela siguió negando con la cabeza, sonriendo.

Ayer por la tarde, jueves, me pasé toda la tarde pensando y escribiendo y hablando sobre Joyce.

En algún momento recuerdo que Ángela se sentó a mi lado.

Recuerdo que seguimos hablando de Joyce, y en un momento me vino a la mente la imagen del miércoles a la tarde de Vidal Folch y la visita esa misma noche a mis sueños de James Joyce,

y me dije: “ajá, ya lo entiendo todo…”.

Ahora que lo rememoro, mientras esto escribo, diría –no sin cierto pudor- que se podía detectar en sus ojos, en los ojos de Ángela, ayer a la tarde, mientras yo pensaba y me dije y le dije a ella «ajá, ahora lo entiendo»,

confesaré que algo parecido al chispazo primero del neón inédito de un verso brillaba mágico en sus ojos.

[1] Zadie Smith. Changing my mind (Occasional Essays). Penguin Press. New York. 2009 [pp. 104]

[2] Paul Eluard. «Poema XXVIII», de «Primeramente». Incluido en El Amor y la poesía. Ed. Visor. Madrid. 1997. [pp. 43]

[3] Alfonso Costafreda. «¿Hay acaso un lenguaje?», Incluido en 20 años de poesía. Nuevos Textos Sagrados (1989-2009). Edición de Andrés Soria Olmedo. Ed. Tusquets. Barcelona. Mayo de 2009. [pp. 137]

[4] James Joyce. A portrait of the artist as a young man. Ed. Penguin. London. 2000. [pp. 275]

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La palabra (de) Dios

God was God´s name just as his name was Stephen. Dieu was the French for God and that was God´s name too; and when anyone prayed to God and said Dieu then God knew at once that it was a French person that was praying. But though there were different names for God in all the different languages in the world and God understodd what all the people who prayed said in their different languages still God remained always the same God and God´s real name was God

James Joyce. A portrait of the artist as a young man. Ed. Penguin (Modern Classics). London. 2000. [p. 13]

Dios era el nombre de Dios, lo mismo que su nombre era Stephen. Dieu quería decir Dios en francés y era también el nombre de Dios; y cuando alguien le rezaba a Dios y decía Dieu, Dios conocía desde el primer momento que era un francés el que estaba rezando. Pero aunque había diferentes nombres para Dios en las distintas lenguas del mundo y aunque Dios entendía lo que le rezaban en todas las lenguas, sin embargo, Dios permanecía siempre el mismo Dios, y el verdadero nombre de Dios era Dios.

James Joyce, Retrato del artista adolescente. Traducción de Dámaso Alonso. Ed. Planeta. Barcelona. 1992. [p. 15]

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Espías silenciosos

He walks because he is not stopped by anything [1]


1.

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"¡Burocracia!", de Cecilia Szalkowicz, Gaston Persico & L. Estol.

Camino estos días entre la burocracia,

delegando mi impertinencia en el arreglo forzado con los compases de espera;

intento no detenemerme más que para lo necesario: un poco de sueño, el café, vestirse… apenas más. Una ducha, claro. Una ducha rápida… sí.

Ni siquiera me da para el afeitado.

Y, al despistarme, la burocracia me ataja, y la driblo -o lo intento-; y la muy puta se me pone de nuevo al frente. Una y otra vez.

Venimos haciendo un juego en el que yo hago como que soy de su grupo de amistades, pero me siento espía del sistema. Y el sistema me sonríe (o sus funcionarios) y todos contentos.

Pienso en Anthony Masters cuando dice:

The writer is a natural spy, perpetually gathering intelligence and often living, as Graham Greene would have it, on the dangerous edge of things [2]

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2.

Además, camino estos días entre llamadas de teléfono que me exigen letras pendientes con el banco y proposiciones variopintas

(unas las hago yo, y otras me las van haciendo).

Todo son letras, pues, letras de la vida, el dinero, la economía y el sentimiento.

Y es que todo es lenguaje, sin remedio.

A este respecto ando dando vueltas a la idea de acabar con el lenguaje, pero todavía no puedo más que enunciar vagamente el propósito.

Tengo que pensar más sobre ello.
De momento,

quedémonos con este verso del poema «A little language» ,

de Robert Duncan:

«There is a pun of scents in what makes sense «

O sea: el truco; y es que hay que acabar de una vez con los ardides mágicos de la falaz filosofía del lenguaje.

3.

Volviendo

a las cosas de la guerra mía con el mundo, pues me parece que de momento vamos empates (más o menos): mi bonhomía y paciencia contra los tratos que exige la negociación social y empresarial / Y la hostil resignación elástica de la burocracia.

De momento…  hemos quedado en buenos términos. Creo.

La burocracia me dio lo que le pedí, y yo no perdí los estribos.

Así que bien. Nada más allá de lo tolerable.

Ahora nos miramos con recelo, desde lejos. A la distancia. Yo y la burocracia. O yo y todas las demás cosas que vienen a mí intercedidas por el lenguaje.

Me doy cuenta, pues, de que ser un espía en el terreno del logos es la tárea del escritor. Y a ello me doy con fuerzas renovadas.

4.

Poetry´s the mother of those who have created their own mothers [3]

A este respecto

viene la revelación que tuve anoche; esta mañana -para mí-, más bien. Y que tiene que ver con un verso del poema «Anorexic» de Eavan Boland que dice:

«Flesh is heretic«

Sucede que la tercera parte de la trilogía en la que trabajo desde los últimos tiempos se ha alineado ella sola en el segundo lugar, y la estructura se me va formando mentalmente.

Pero hasta ayer (esta mañana) seguía sin tener el punto inicial del relato, así que espiaba a mi propio intelecto, tratando de hallar ingeniosamente algún indicio.

Y así, de (re)pronto, al andarme a la cama y cerrar los ojos, sucedió.

En el contorno de los párpados, mis córneas cansadas, alucinadas o extáticas, comenzaron a proponer(me) un extraño relato:

un hombre que caminaba, apenas el contorno negrísimo y unos pasos silentes pero decididos, que iban y venían como en un loop por sobre el contorno interno de los párpados.

Y me acordé: los fantasmas. ¡Mierda!, pensé.

Pero lo pensé con alegría, porque al abrir verdaderamente los ojos había un hombre sentado en mi sofá.

Un hombre cualquiera, ni más alto ni más bajo, pero real, y sí, obviamente, un holograma (real) producto de mis pasadas pesadillas.

Aquí la clave, me dije: la superación de los miedos. El salto a la etapa adulta. Éste es el tema de mi novela, joder.

Porque hasta ayer mismo seguía sintiendo presencias en la noche,

correteando por el pasillo, ¡tocándome incluso!, invadiendo mi espacio, asechándome. Presencias perversas que me llevaban al punto del temblor y la taquicardia, el puro miedo.

Miedo auténtico que algunos llamarán remordimientos y que yo considero verdaderas presencias espectrales con capacidad de incidir virulentamente en el ánimo del cuerpo, pero, sobre todo, de la mente.

Esto me hace pensar en el terror. En el terror pasado. El mío.

Porque anoche, al abrir los ojos y justo levantarme para comprobarlo, él estaba allí. Era un hombre, tal vez yo, mi yo del pasado. Y era real como la pera que cae moribunda del árbol. Así el hombre, que se me fue desdibujando de las córneas hasta írseme al sofá y, de ahí, desapareció finalmente por la ventana.

Pero estuvo ahí, corpóreo, nada de como una ilusión óptica. Se materializó en un cuerpo real.

Por ello pienso en una frase que leí esta tarde en el Cultura/s de La Vanguardia:

Quizás sólo los escritores pueden aspirar a manterner relaciones póstumas con los lugares de sus obra[4]

Y héte aquí la clarividencia:

las presencias no han desaparecido. Ahora mismo

(y son las siete am de la mañana, y es todavía de noche, muy de noche)

esas presencias siguen aquí, en el pasillo, más suntuosas y caudalosas que nunca, apoyadas en la otra silla que tengo a mi lado, tecleando en el otro portátil, tal vez incluso robándome algo del humo de mis cigarrillos.

La diferencia es la naturaleza de la relación que tenemos, y es justo lo que decía Miquel Berga: la naturaleza póstuma de la relación la clarifica y rescinde su exclusividad. Nos quita de tener que pagarle a los fantasmas el tributo de la sumisión afectiva.

Diciéndolo de otro modo: madurar, la edad adulta, no es más que la aceptación de los putos fantasmas silenciosos.

La sabiduría que ha venido en el silencio ha sido esta: las defunciones implican necesariamente que seguimos corriendo. Aceptar los fantasmas (ahora juguetones) que campan por la casa es una afirmación de la vida.

Y de la escritura.

Y lo sucedido es que se ha invertido la relación jerárquica:

a partir de este momento soy yo quien mando sobre mis fantasmas.

De eso habla(rá) la novela: de la subversión y del lenguaje.

De demostrar quién tiene el bastón de mando.

5.

Esta tarde estuve en el Lletraferit.

Antes pasé primero por la biblioteca a buscar varios libros. Básicamente busco libros del tipo Künstlerroman.

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Pero felizmente me halló «Quartet» de Jean Rhys.

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Es fascinante cómo los libros,

esos espías silenciosos que habitan las estanterías van oliendo nuestro sufrimiento o interés y, en el momento más preciso, nos dicen «hola, estamos aquí, sólo para ti«.

Y uno los coge, e igual que con los fantasmas, los subyuga y los hace suyos.

Estas son las cosas que marcan definitivamente la personalidad del individuo.

Porque en la vida sólo se pueden tomar dos posturas:

o espiar o ser espiado.

En la vida se elige: o el verbo o el silencio.

Todo lo demás es la impostura de la burocracia.

– – – – – – –

Canción del día:

Secret Agent Man – Johnny Rivers

– – – – – – – –


[1] Italo Svevo. «Mr. James Joyce described by his faithful pupil Ettore Schmitz«, incluido en Escritos sobre Joyce. Ed. Nexos. Barcelona. Febrero de 1990.

[2] Anthony Masters. «Literary Agents. The novelist as spy». [From the introduction] Baril Blackwell Ltd. New York. 1987.

[3] Robert Duncan. The H.D. Book. Frontier Press. 1984. [p. 21]

[4] Miquel Berga. «Las raíces catalanas de ´1984`». Suplemento Cultura/s de La Vanguardia. Miércoles 30-Septiembre-2009. [p. 24]


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Bloomsday (repercusiones & seguimiento)

***ultimíssima hora (22-Junio-2009):

Enrique Vila-Matas se ha sumado al proyecto Bloomsday con una fotografía tomada en Dublin.

Aquí.

***última hora:

Javier Avilés acaba de colgar un mapa con las ciudades de Origen

de cada uno de los participantes.

Pueden verlo Aquí.


festeggiamenti2004

Amigos que ya han colgado sus aportaciones al proyecto:


****Actualización de las 14:08 horas


1. Javier Moreno (Balada del Elefante Azul) [Lyon]

2. Miquel Adam (L´artista abans conegut com Subal Quinina)

[Ciutat Fastigosa (Barcelona)]

3. Alvaro Huertas (Quizá nos lleve el viento al infinito) [Glasgow]

4. Palumbus Columbus (idem)

5. Quim Roig (L´Efecte Jauss 2.0) [Arbúcies (La Selva)]

6. Albert Ullibarri (The Daily Avalanche) [Barcelona]

7. Eduardo Laporte (el náuGrafo digital) [Madrid]

8. Petrusdom (Montañas de silencio y profundos ríos de palabras) [Valencia]

9. Matts de Bloeff (Iceland bailout plan (9)) [Barcelona]

10. Jacinta Escudos (Jacintario) [San José (Costa Rica)]

11. José Montalva (Rumores y sombras) [Valencia]

12. Antartica (Le vertige des Abîmes) [Barcelona]


***Actualización de las 14:58 horas:


13. José Cruz Aceves (Jakalito) [Guadalajara (México)]

14. Jacobo Deza (La Senda de los libros) [Managua]


***Actualización de las 15:45 horas:

15. Omegar Martinez (omegar.org) [Ciudad de México]

16. Jorge Mayer (Días de Darcy) [Trelew (Patagonia Argentina)]

17. Cinthya (Crónicas de Aparador) [Barcelona]

18. Martín Gómez (El ojo fisgón) [Barcelona]

19. Alberto Haj Saleh (Reducir al mínimo)

[Kamloops / British Columbia (Canadá)]

20. Manuel Jesús Curiel Arroyo (El cuaderno amarillo)

[Plasencia (Cáceres)]

***Actualización de las 16:19 horas:

21. Zero Kevin. (Huellas de unos dedos congelados)

[Rubí (Barcelona)]

22. Salvador Leal (La vida irreal de Salvador Leal)

[Ciudad de México]

23. Ruben Ramos Nogueira (Fuga) & Rubén Ramos (Tea-Tron) [Barcelona]

24. J. G. Cozzolino (Sin pastillas) [Buenos Aires]

25. Said Javier Estrella (Andén Ocho)

26. Sheila la Ladrona (365 excusas)

27. Olavia Kite (Doblepensar) [Tsukuva (Japón)]

28. Carlos Be (Idem) [Barcelona]


***Actualización de las 17:12 horas:

29. José Luís Justes Amador (idem) [Aguascalientes (México)]

30. Rafael Hernandez (Artes Mecánicas) [Monterrey (México)]

31. El Llibreter (idem) [Catalunya]

32. Clara Osorio (Nabusimake) [Castelldefels (Barcelona)]

33. Tina Vallés (Ganxet sota les pedres) [Barcelona]

34. Kraven Sneijder (Fagiafilia) [Gijón]

35. Andrés Villaveces (Josef Pronek) [Bogotá (Colombia)]

36. Julian García (Un detective salvaje) [Amsterdam]

37. Pablo Galerna (Facetería) [Comala (Colombia)]


***Actualización de las 17:41 horas:

38. Grace (Slashing echoes) [Bogotá (Colombia)]

39. Luda (Luda 76)

40. Luis Bardamu (idem) [Dock Sud]

41. Beatriz Nava Dominguez (El último lugar del mapa)

[Ciudad de México]

42. Jildardo González (La Luna de San Mateo)

[Aguascalientes (México)]

***Actualización de las 20:52 horas:

43. ManoSuelta (Idem)

44. Visa para un Sueño (Majadería en México)

45. Cheenglish (Idem)

46. El Conde de Almaviva (Lindoro.Net 2.0)


***Actualización del día 18-Junio-2008 a las 12:51 horas:

 

47. Javier Elizondo (EstremecedoraMecedora) [Ciudad de México]

48. Bernardo Luis Munuera Montero (Desóxido) [Jaén]

49. Alicia Ancona (Alice Dice) [México]

50. Karla Olvera (KarlaTone) [Ciudad de México]

51. Ximena Gama (The Non Sewing Camara) [Bogotá (Colombia)]

52. Rafael Zamudio (Catatonia) [Tijuana (Baja California, México)]

***Actualización del día 18-Junio-2008 a las 13:57 horas:
 

53. Con Vocación de Espina (Dieginho) [ßogotá]

54. Edilay Peña Osorio. (Lo que dejo que pase de vez en cuando) [Medellín (Colombia)]

***Actualización del día 18-Junio-2008 a las 15:04 horas:
 

55. Mauricio Salvador (The art of fiction) [México D.F.]

56. Memoria Repetida (Idem)

57. Juan Lewin (La vida en Leiden)

***Actualización del día 18-Junio-2008 a las 17:12 horas:
 

58. Silvano Gozzer (Efecto Tunel) [Madrid]

***Actualización del día 18-Junio-2008 las 21:32 horas:

59. Javier Avilés (El Lamento de Portnoy) [Tarragona]

***Actualización del día 19-Junio-2008 las 01:42 horas:

60. J. S. de Montfort (La soledad del Deseo) [Barcelona]


 

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Joyce´sBooks

COSAS CURIOSAS (Sobre Bloomsday)

<<<<< 41 Ráfagas: Variaciones sobre Monterroso para Bloomsday

<<<< K.M.R.I.A. (Kiss my royal Irish Ass)

<<<<< De cómo Bloomsday intelectualizó Twitter

<<<<< Juan Francisco Ferré sobre Molly Bloom: La Dominatrix de lo Real

<<<<< Dublin is a written text: Ulysses is simply its most famous translation

*******************

Francis Scott Fitzgerald´s copy of Ulysses

Francis Scott Fitzgerald´s copy of Ulysses

-The memory of the dead, says the citizen taking up his pintglass and glaring at Bloom.

-Ay, ay, says Joe

-You don´t grasp my point, says Bloom. What I mean is…

-Sinn Fein! says the citizen. Sinn fein amhain! The friends we love are by our side and the foes we hate before us [1]

[1] James Augustine Aloysius Joyce. Ulysses. Penguin Modern Classics. London. 2000. [pp. 396]

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Leopold Bloom

Leopold Bloom, reincarnation of Ulysses


Bonus (extra): 
para los que no les apetezca transitar sus casi 1000 páginas,
pueden escuchar el Ulysses en el ipod mientras van de camino al trabajo.
Aquí

**Disclaimer: la hora de actualización no se corresponde necesariamente con la hora de posteo sino con la hora en la que ha sido chequeado el enlace.

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James Joyce & el ciberespacio

BeachJoyce1

El próximo 16 de Junio, como ya todos sabrán, se celebra el Bloomsday en honor al Ulyses de Joyce y a la epopeya cotidiana de Leopold Bloom.

Javier Avilés propone escribirnos las realidades ficcionadas de ese día y lanzarlas a la inmensidad de la red para que dialoguen.

La consigna es: Bloomsday [Work in progress]

Huelga decir que yo me apunto.

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