«¿Puede un mal prosista ser un buen escritor? Se da el caso del mal prosista que es buen poeta […] Pero, ¿y un autor que es importante ensayista y novelista y es mal prosista? ¿Puede serlo o se trata de otra cosa? Es el caso de Lezama Lima […] la suya es una prosa muy escrita […] eminentemente literaria […] Lezama es alguien que, no muy dotado para escribir, escribe llevado por la genialidad y la desmesura y -aquí está la paradoja- acaba siendo escritor, un escritor algo monstruoso: Paradiso es un monstruo, el monstruo de un verdadero poeta […] Lezama se parece en varias cosas a Maria Zambrano: ambos son escritores torpes y al mismo tiempo sacan a la escritura, a fuerza de darle vueltas a las palabras, de retorcerlas y marearlas, visiones sorprendentes […] María Zambrano y Lezama Lima son tartamudos, uno más que la otra, que cuando se ponen a cantar se transforman […] Lezama lleva un tartamudeo en el canto, aunque a veces nos haga olvidar los defectos»
Juan Malpartida, Al vuelo de la página: Diario [1990-2000] (Fórcola Ediciones, 2011) [págs 443-444]
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La tartamudez en el arte actual [1] / 14-Octubre-2011